viernes, 30 de mayo de 2025

Quedarse


quedarse,

quedarse de verdad—

a pesar de la brulliente tormenta,

permanecer,

entregarse,

y despertar

al intersticio fecundo

entre cada respiro,

cada partícula danzando,

cada gota de lluvia,

viva


entre cada idea

la lluvia del pensamiento

se disipa en hálito del misterio


donde la rosa y el cielo,

la rama y las nubes,

se funden en el éter

que todo lo sostiene


velos de lluvia vertiginosos y traslúcidos

caen hacia la tierra,

al húmedo y estrepitoso encuentro

con el horizontinoso y árido suelo,

desatando el canto de la creación



—Lorena Wolfman (2020, traducción 2025)




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