viernes, 30 de mayo de 2025

Corriendo tras el viento


Se me olvidó cómo respirar

el día en que la tierra volvió a quebrarse,

y se rompió.

Contuve el aliento

como si pudiera abrazarme de vuelta,

pero no lo hizo.

El aire me dejó—

como una madre que se da la vuelta,

o como el sol que se pone

sobre el giro helado de la tierra.


Desde entonces persigo al viento

como si mis costillas, cual velas,

pudieran juntar el aire.

Trato de recordar

la geometría de recibir.


Y entonces sucedió—

el viento se deslizó bajo mis costillas

como un susurro

o una caricia

hasta ese momento imposible.


Inspiré de golpe

no de susto,

sino como si algo antiguo

hubiera regresado,

recordándose en mi pecho—

quizá un dragón

anidándose de nuevo.


Y entonces comenzó—

ella, la madre dragón, hilando

una esfera relumbrante

tejida de aliento—

una cascada,

un desprendimiento,

una matriz,

una esquila

resonando

en mis huesos

aún.


—Lorena Wolfman (2020, traducción 2025)




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