domingo, 4 de mayo de 2025

Espiral

 

Aquí, espiral.
Aquí, sonido.
No sé por dónde está el cielo,
ni si estoy de pie.

Aquí, un llamado.
Aquí, una visión.
No sé si me estoy desbobinando,
o volviéndome hacia dentro.

Llegar a ser y disolverse,
ambos
en el absoluto
de todas las cosas.

En el centro—
el encuentro:
la noche azul
oscurecida por la búsqueda
de la aurora azul,
donde una perla se pinta
desde la tinta negra
de la noche de ausencia—

La pérdida se vuelve
grano de arena
con la cual la ostra
pule una luna luminosa
en el nocturno cielo—
una noche
en que nacen las palabras,
y se nombra la luz.

La misma palabra,
centellea bajo el sol—
desde cualquier otro ángulo,
todo cambia.

Todo encuentra su lugar
en la gravedad,
rodeado
por la inmensidad
de la simplicidad.

Un simple aliento,
una verdad sencilla.
Sin oscilaciones,
solo presencia.

Toda pérdida se vuelve sencilla—
una aparición ingrávida,
ausencia,
indistinto de la presencia,
en el fondo
del ser.


—Lorena Wolfman (2019, traducción 2025)




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