jueves, 13 de octubre de 2016

Imitación de árboles

Si imitamos a los árboles
nuestras raíces se alargan.
Se extienden hacía el centro de la Tierra.
Allí, en el misterio del barro primigenio
nos nutrimos.
Aprendemos lenguas secretas
que no se pronuncian en la superficie:
se entretejen rugidos tectónicos y conversaciones miceliales.
Nuestros ojos se acostumbran a la oscuridad
y brillan como ópalos diamantes rubíes amatistas
ónyx, fuego.
Nuestras orejas se hacen de pelusa como los ratoncitos del campo
Nuestra piel se hace color café gris o mineral como las piedras.
Nuestros brazos buscan el cielo
y aprenden el lenguaje de la vía láctea:
el centelleo.

—Lorena (2016)

Imitation of trees

If we imitate trees, 

our roots grow long. 

They reach for the center of the Earth.  

There in the mystery of primordial clay 

we are nourished. 

We learn secret languages 

that aren’t spoken on the surface:  

tectonic rumbles and mycelial conversations interweave.  

Our eyes adjust to the darkness 

and glow like opals, diamonds, rubies, amethyst 

onyx, fire.  

Our ears become fuzzy and soft like field mice.  

Our skin brown or grey or mineral like rock.

And our arms stretch for the sky

and learn the language of the milky way:

shimmering.


—Lorena (2016)

Ask a tree

Ask a tree how to enter

your own skin,

how to reside on the earth

being fully a part of the wind

and of the soil.

Each breath, a dance

calling forth the rain.

Each year a new ring

grown from the center

of its dance

with the stars

as bark and leaves are slowly shed

becoming humus

for others.


—Lorena (2016)

Pregúntale a un árbol

Pregúntale a un árbol cómo adentrarte 

en tu propia piel,

cómo habitar la tierra

siendo parte plena del viento

y del suelo.

Cada respiración, una danza

que convoca la lluvia.

Cada año un nuevo anillo

cultivado desde el centro

de su danza

con las estrellas

mientras corteza y hojas se caen lentamente

convirtiéndose en humus

para otros.


—Lorena (2016)

Pregúntale a un árbol

Pregúntale a un árbol cómo adentrarte 

en tu propia piel,

cómo habitar la tierra

siendo parte plena del viento

y del suelo.

Cada respiración, una danza

que convoca la lluvia.

Cada año un nuevo círculo

cultivado desde el centro

de su danza

con las estrellas

mientras corteza y hojas se caen lentamente

convirtiéndose en en humus

para otros.


—Lorena (2016)