lunes, 14 de abril de 2025

Torrente


La sangre que recorre

los miles de kilómetros

de los vasos sanguíneos de tu cuerpo

es por definición migrante.



No viaja por las corrientes aéreas 

como golondrinas 

o monarcas.

No, fluye por las arterias íntimas

como el salmón

imantado por su origen 

en las aguas de un río 

que corre a raudales, 

nunca las mismas,

su torrente 

siempre viva,

se derrama por dentro

donde la respiración la guarda.



¿Quién puede afirmar

la ubicación exacta de su tierra

bajo un cielo que gira?

¿en un planeta que tiembla?



Las migraciones renuevan la tierra

bajo nuestra piel. 

El corazón jamas pidió 

permiso de latir.

Algo dentro 

siempre recuerda su soberanía,

su lugar.



Los eritrocitos nunca tuvieron visa

su permiso es la vida.

Todo en su paso queda empapado 

teñido de rojo y honda alegría.



La corriente ancestral

no se mengua, no se detiene—

se reciclan sus formas.



—Lorena Wolfman (2017, 2025)



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