la luz
bailarines brazos del sol
mensajera de implosiones internas
sus caminos a mi jardín son invisibles
mientras hace visible
a cada brote de hoja pálida
a cada extravagancia de las flores desbordándose de color
magenta blanco amarillo
el verde polvoriento de la piel de la carne túrgida del nopal
el gris opacocente de la barda de adobe despellejándose
entre blancos trozos de caliche
cada cosa define su forma
por la rúbrica de su color
las frecuencias que suelta
y las que guarda
el resplandor está en todas partes
regalando tantos secretos de la Tierra como las que conserva
aludiendo a través de la ausencia
a los misterios aún más profundos
de los que los ojos pueden sujetar
—Lorena Wolfman (Trad. 18-2-22)
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