La
sangre que recorre
los
miles de kilómetros
de
los vasos sanguíneos de tu cuerpo
es
por definición migrante.
No
viaja como las golondrinas ni las monarca
pero
como el salmón
en
busca su origen
en
el río
cuyas
aguas nunca son las mismas,
su
torrente nunca se repite,
se
derrama hacía dentro.
¿Quién
puede afirmar
dónde
se ubica su tierra?
Los
eritrocitos no tienen visa,
no
necesitan permiso.
Todo
lo mojan y lo tiñen de rojo.
La
corriente de la vida
—Lorena Wolfman
—Lorena Wolfman
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