del negro se levantan todos los colores
la luz es su humilde sirviente
me lo dice mi madre
con sus los largos aretes de chaquira
que cuelgan
hasta mis hombros
ahora que me los pongo por primera vez
están aquí para acariciar mis sueños
como si fueran las plumas un quetzal
posado en las sombras
de la tupida selva de la vida
el arco iris nos revela
el camino por donde hemos de andar
musitando la música del silencio
como si fuéramos llevados
hacía el centro de la tierra
por un dios murciélago
que nos guía al revés
vamos deslizándonos
hacia el conocimiento de la fuente eterna
hacía el oscuro sol del origen
sólo si confiamos en la levedad
entendemos que el camino
es profundo pero es alto
que para llegar arriba
se viaja hacía bajo
que el cielo nos rodea
es un solo corazón
allí nadie ha muerto
y todo brota
—Lorena Wolfman
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