la geometría del deseo tiene dos extremos:
inicio y fin
y un centro: siempre
dos derrumbes internos
cuya suma es el oroboros del ser
que disuelve la fisionomía de los astros
mientras la música (que iniciaste al nacer)
desencadena un desentierro del tiempo
bajo la lluvia que moja el camino hacia el final
mientras la humedad brilla con luz ausente
su gravedad enciende la columna vertebral del alba
aparece el recuerdo prenatal
del momento anterior al hueso y la sangre
de separarse de la noche
y aparece un dolor
que se desparrama en dos planos
a los dos lados del umbral / cuerpo:
infinito / finito (dos malabaristas efusivos)
cada uno emerge una y otra vez del baúl de los tesoros del otro
--Lorena Wolfman © 2011, 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario