Como una flor del silencio, la fragancia de más
silencio. Se asienta como el crepusculo, preludio al misterio de la
naturaleza indómita, enorme como la noche. Una orquidia negra de
profundidades insumables. Cada uno somos naturaleza indómita,
cotidianamente sublime y equisitamente común. Y somos evocados con la
mayor precisión a través del paso de nuestros pasos caminando juntos y
por el acto de escuchar, esta bendición tan común y tan excepcional.
Deja que la lluvia del acto de escuchar caiga instalándose en ti.
--Lorena Wolfman
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