quizá viva sin nombre
quizá tampoco le importe
y de arriba
quizá tenga pocos referentes
desde adentro,
ahí se encuentra
con lugares sin topónimos.
Son otros los referentes
en la superficie
ya no tenemos recuerdo
de los nombres orginales
con alma.
A los tardíos,
algunos nombres nos han dicho
originarios herederos de la sangre ancestral;
en ellos viven aún sueños
de las migraciones a pied
de lugar en lugar,
en ellos reconocen los caminos
de toda la gran chichimeca
por el cielo,
los cerros,
las piedras,
los arboles que habitan allí...
Nos han dado sílabas
mágicas
que sostienen algo
del alma vertical de estas tierras
—"úha"
"míra úr'i"—
sin poderlos pronunciar bien,
nos aferramos a estos fragmentos
que al menos reconocemos
en nuestros sueños
que son fragmentos
de una enorme vasija
que antes retenía agua.
Nuestra sed delata
la verdad—
todos
nos estamos muriendo de sed
por falta de agua.
—Lorena Wolfman
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