El placentero quehacer de la traducción de los poetas del Sur de la Semana de las letras y la lectura de Rosario, Argentina, me lleva por los inesperados vericuetos de la historia del nenúfar, su arquitectura carnosa, ilustración, usos medicinales y olor, por las geografías y las formas del pez mojarra, originario de África, por la etimología guaraní que desemboca en el cauce actual e historico del río Paraná y por las ilustraciones botánicas italianas de claveles dibujadas con mano fina. Entro en los bosques de internet para estudiar sus sujetos, como si entrara en la vastedad de las Amazonas, para adentrarme en sus palabras, orígenes y contextos, redescubriendo continentes y tiempos que cada uno lleva en su corazón.
Y luego, vuelvo otra vez a Tamayo, porque sí, porque México, y porque si tienes que preguntar por qué, no entiendes el juego infantil, ni la rosa mexicana, ni de pulque, ni de pilas de lavar, ni de calles de tierra que hay que barrer, ni cómo moler el nixtamal sobre el metate, esencias que se graban para siempre una vez vividas. Si tienes que preguntar por qué o no entiendes o más bien te has olvidado lo que una vez entendiste, para comprender no hace falta ser mexicano. No hace falta más que salir bajo el signo del alma y sentir sus estrellas intemporales.
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-- Lorena Wolfman © 2012
Y luego, vuelvo otra vez a Tamayo, porque sí, porque México, y porque si tienes que preguntar por qué, no entiendes el juego infantil, ni la rosa mexicana, ni de pulque, ni de pilas de lavar, ni de calles de tierra que hay que barrer, ni cómo moler el nixtamal sobre el metate, esencias que se graban para siempre una vez vividas. Si tienes que preguntar por qué o no entiendes o más bien te has olvidado lo que una vez entendiste, para comprender no hace falta ser mexicano. No hace falta más que salir bajo el signo del alma y sentir sus estrellas intemporales.
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The pleasant task of translating poets of the Southern hemisphere from the Week of Letters and Readings in Rosario, Argentina, takes me down unexpected paths like that of the history of the lotus, its fleshy architecture, illustration, medicinal uses and odor, or through the geographies and forms of the Mojarra fish, of African origin, through the guaraní etymology that flows into the current and historical riverbeds of the Paraná river, and through the italian botanical ilustrations of carnations drawn with a fine hand. I enter the forests of the internet to study their subjects, as though I were entering the vastness of the Amazon, in order to penetrate their words, origins and contexts, rediscovering continents and temportalities each one keeps in their hearts.
And then, I return again to Tamayo, just because, because Mexico, and because if you have to ask why, you don't understand children's games, nor Mexican rose, nor pulque, nor wash basins for washing by hand, nor the dirt streets that must be swept, nor how to grind the nixtamal corn on the metate, essences that are etched forever once lived. If you have to ask why, you don't understand or more likely, you have forgotten what you once knew-- in order to comprehend you don't have to be Mexican, it takes nothing more than to walk out under the sign of the soul and feel its intemporal stars.
And then, I return again to Tamayo, just because, because Mexico, and because if you have to ask why, you don't understand children's games, nor Mexican rose, nor pulque, nor wash basins for washing by hand, nor the dirt streets that must be swept, nor how to grind the nixtamal corn on the metate, essences that are etched forever once lived. If you have to ask why, you don't understand or more likely, you have forgotten what you once knew-- in order to comprehend you don't have to be Mexican, it takes nothing more than to walk out under the sign of the soul and feel its intemporal stars.
-- Lorena Wolfman © 2012
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