una estrella lejana
titila en la intimidad de la distancia
con los dedos la alcanzamos
con ternura
desde las alturas
miramos un valle y una brecha
miramos juntos hacía el mar
nos convertimos en viento
tormenta y mar
y en una agitada bandera sideral
en llamas
con nuestras manos
colectamos aguas
que tiemblan con vida
bailamos tango
en un bar mustio
a media luz
bailamos el fino desinterés
elegante de palacios del setecientos
con el mínimo tacto de los dedos
me llevas y circulamos
como dos cometas rodando
por los cielos
tu:
mar
furia
yo:
fuego
apacible
el brillo de tu mirar constante
atento a lo que no se ve
cuando entro en calma
me vuelves a llamar
al peinar el aire con tu mano
revelas lo jamás visto
corrientes suaves
se arremolinan
en el universo invisible
sin mirarnos a los ojos
encontramos el compás
de esta danza eterna
danza interna externa
reflejo de todo lo que existe
que nos exige la atención atónita
echamos mano a la fragua de la creación
nuestros puños asidos del pulso primigenio
penetran su densidad
le damos vueltas
al compás de esta danza etérea
como estudiantes asiduos
manejamos lo invisible
hecho visible
por Lorena Lobita © 2010
Lobita, hacía tiemo que no te visitaba, y me encuentro con esta maravilla de poema. Es muy bello!
ResponderEliminarme gustó especialmente estos versos:
"con el mínimo tacto de los dedos me llevas..."
es tan bellamente tanguera esa imagen sensorial.!
Bello, Lobita, muy bello
Abrazón de alma,ya sabés desde Los Altos Limpios
Osvaldo