cada partícula de la noche es polvo
las estrellas afuera
que seguramente hay estrellas
las oculta el fulgor eléctrico de la ciudad
la carencia es insoportable
como la de una flor sin prado
nadie contesta el llamado
y los demás no pueden
porque no tienen voz ya
sus cenizas me llenan la casa
aquí en la oscuridad
mi voz se extiende por la soledad
hacia un dios extrañamente ausente
¿y qué es dios?
¿una imagen una sensación un sentido de alivio?
¿y si hago que él o ella existe
aparecerá y dónde?
las únicas aguas que me sosiegan
esta dolencia son mis lágrimas
lluvia de breves instantes
pero lo suficiente para continuar--
y mientras tanto en la cocina
a una orquidia color verde pálido
le ha dado por arrojar hojas nuevas
© 2009 Lorena Lobita Wolfman
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