Pregúntale a un árbol cómo adentrarte
en tu propia piel,
cómo habitar la tierra
siendo parte plena del viento
y del suelo.
Cada respiración, una danza
que convoca la lluvia.
Cada año un nuevo círculo
cultivado desde el centro
de su danza
con las estrellas
mientras corteza y hojas se caen lentamente
convirtiéndose en en humus
para otros.
—Lorena (2016)
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