Celebro la vida
con las navajas ásperas
que dejaste
en la sombra de tus sueños--
¡Mírame!
Clava tu mirada
en la mía.
Siente el perfume
de la ironía
que titila en mi ceja
y tintinea
en mis labios.
Nunca te permitiré caer
al absimo del olvido.
Antes te subiré sin piedad
a mis nefastas torres.
De mi diminuta boca
se escapan mil paradojas blancas,
palomas que se huyen
del nido de lo conocido.
Alas / levitación
sobre unos cuantos
efímeros rayos de sol
en busca del norte verdadero.
Alas / luz sumergida
que se fuga de su origen
incógnita.
Es aquí
precisamente aquí,
en el aquí
que sugiere
que requiere
el allá
donde dios se deja vislumbrar
en sus efectos impares:
lluvia
volcán
avalancha
tsunami
salud
enfermedad
bullicio
silencio
hojas que se van--
el constante vaiven
de todo--
Todos los nombres todos
Todo y lo que representan
todo bajo la circunferencia
del cielo...
Todo verbo.
Todo baila.
Tu blanca piel se ruboriza.
La sangre corre
entre los vericuetos
de tu esqueleto.
Tu timidez desenfrenada
busca auxilio
en otro espacio
donde posarse
un rato--
Te digo que soy el vértigo
que se viste de alba
o el alba que se viste de miedo
o el miedo
que se visite de ausencias inquietantes.
Me hago transparente como
el agua insondable del mar.
Pido que me sueltes
y me esfumo
y me dices
y te digo
que me encontrarás
en el eco
de todo lo perdido
y lo que ha de nacer.
Y celebrarás la vida.
-- Lorena Wolfman 2008-2012
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