Soy tu árbol, me dijo.
Tus brazos vuelan por el cielo, le dije, como mariposas sobre este mar de ciudad, de cláxones, de motores, de llanto, y de viento. Vives entre la multitud.
Soy to árbol, me dijo. Te extiendo mis brazos de mariposas, plumas de mar, manos de seda, mares de llanto, me extiendo hacía ti, crezco en ti. Llámame por todos mis nombres. Selma, Silvia, Alda, luz de la mañana. Puedes palpar mis hojas que sanan el dolor del tiempo para que puedas vivir siempre cerca de los ríos.
--Lorena Wolfman © 2011
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