jueves, 19 de junio de 2014

la agresiva velocidad de la memoria digitalizada



La imprenta nos desmoronó la memoria— 

caracteres                  en              papel

color          crema

tomaron el lugar del pensamiento

y                la               voz.

La internet nos dio

paquetes                     de 1’s                           y 0’s

viajando al la luz de la velocidad

y el wifi

nos dio código flotando

por el aire

traspasando nuestros cuerpos
como si nosotros
fuéramos      los      fantasmas.

Es necesidad o deseo

que impulsa la inteligencia?

Es inteligencia o instinto

que impulsa el placer?


Dónde estuviste la última vez que tomabas a alguien por la mano?

Que viste su silueta enmarcada por el atardecer?

Dicen que hasta el amor
se puede hacer inalámbricamente…
Esto demuestra que el órgano sexual fue siempre la mente
o demuestra
 otra cosa? 

Si la memoria reside en el cuerpo,
será también el agente de la amnesia? 
Algo que se borra lentamente
cada vez que se pierde
la mano la nuca el vientre
del amado
cada vez que su nombre
queda sin pronunciar
o sin llegarle al oído con el cálido vaho de la boca
cada paso que se toma adentrándose
en el océano de las virtualidades…

Si nuestra historia carece de carne,
si ya no vibra,
si no tiene pulso,
es todavía nuestra?

Si nuestra historia queda relegada
a los sueños de un antepasado
cuya cabeza ni siquiera sabemos
dónde descansa,
o si se traba dentro de los caprichos de una maquina ordenadora,
podemos decir que aún es nuestra?

O será que nuestra historia
es una historia de olvido? 
Bastará el olvido?
                  Será bendición?

O es como un hoyo en el vientre?

Cómo llenar ese vacío que corre
por cada fibra
del cuerpo
que se extiende
y se confunde
en la sierra.

Es posible que algunos fragmentos se hayan escapado
de la velocidad agresiva de la memoria digitalizada.
(Respira lentamente
dales oportunidad a los sentidos hambrientos y mareados
que te alcancen.)

 ¿Escuchas ese  zumbido virtual
que jurarías ser una colmena de abejas
o el chirrido de cigarras
que alguna vez escuchaste en el bosque?

(Si es que te acuerdas…)

Pero no, claro que no, ellos no son la cosa real,
hasta la cosa real no es la cosa real,
el mundo de verdad se ha convertido en una borrosidad
que se ve desde del cristal
en la carretera
donde lo único identificable
son los enormes letreros de neón:
Coca-Cola      Nestlé      Toyota      Microsoft
Google      Visa      Apple
–– cada uno de los cuales ha sido declarado persona
aunque carezca de      cara      corazón      o patria. 

Ya todo carece de carne,
incluyendo a aquellos que sí se acordaban
pero ellos no la necesitan
nadie pronuncia ya su nombre.

La necesidad
requiere carne?

La carne
requiere instinto?

El instinto
requiere placer?

El placer
requiere inteligencia?

La inteligencia
requiere necesidad?

En cuál carretera estamos? 

Estamos siquiera allí?

Esta virtualidad que ven
les ha sido servido
en un cerrado circuito corporativo…

Pero alza la vista,
tu     sí      tienes     ojos––

aún puedes mirar

las     nubes      caminando      lentamente.


-- Lorena Wolfman © 2014


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