miércoles, 18 de agosto de 2010

Lavando los huipiles de mi madre

Estoy lavando los huipiles de mi madre a mano--
la tela de algodón virgen tejido a mano,
en mis manos, pájaros flores cintas de seda
geometrías del sol del agua y de la tierra--
Mi madre, una mujer de palabras, no sabía lavar a mano.
Esto lo aprendí de Marta
lavando en la pila doble con tanque de agua en medio
ubicada detrás de la casa
que se encontraba en las afueras de la ciudad
en medio de un olor a tierra y eucalipto.
Con agua y barra de jabón
agitamos y enjuagamos la ropa con agua fría
sobre la piedra dentada de la pila.
Nuestro rito no distaba mucho del de las mujeres,
autoras de tejidos de encanto,
mujeres de cabellera larga que se bañaban y lavaban
sus atuendos sobre las rocas del río.
Me hace falta ahora una buena pila
y estas mujeres, mi madre y Marta,
y todas las que saben lavar en el monte--
Pero los movimientos y los gestos
y las articulaciones que festejan la vida
se quedan para siempre
en las manos y en los brazos
en la memoria y en un vocabulario de luz
en los labios y en la imaginación...

por Lorena Lobita Wolfman © 2010

1 comentario:

  1. Querida Lobita: Un cantor dijo en mi tierra que "el canto tiene sentido cuando palpita en las venas del que morirá cantando las verdades verdaderas". Digo: siento tu poema nacido de tus manos y tu historia. Y te creo y me emociona. Cariños, Jorge.

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