viernes, 1 de agosto de 2014

Moray (ii)


Moray, antiguo laboratorio astronómico

de los Inca

me tomaste entre tus andenes

círculos concéntricos hasta la médula,
estelas de la primera gota de lluvia.


Moray, desde tu corazón
los ancestros guardianes
que te dan tu nombre
me llevaron
hasta el fondo
fondo del cielo de la tierra
del hélice del ADN
turquesa       ópalo      ametista
hasta el fondo del Apu

hasta el fondo del tiempo

fondo de las estrellas

fondo de las formas
donde la luz oscura emana silencio
desde entre los astros

abajo
desde el fondo.

Moray, desde tu puerta

los ancestros me llevaron de la mano

me adentraron en tu corazón

cosecha y alimento

me murmuraron en el idioma de los tiempos

sin tiempo

del alma de la noche y del ensueño.

Moray, desde tu ojo redondo
observé el giro de la Vía láctea
en las miras del horizonte
viajé por entre las espigas de tu cultivo ancestral
tu aliento se escapaba de mi boca
música y viento
choclo papa camote.


Moray, los guardianes que moran en ti

no me soltaron

hasta que entendiera

que te llevaba dentro.

Tampoco te podía soltar

            hasta entender tus secretos.

Suelta tu cáscara (el artificio que no te sirve)
me dijo una voz sin palabras
eres semilla
y en tus pasos se abrirán surcos

sabemos que lo sabes
hija eterna
semilla y conocimiento

conocimiento de los cielos

y de la ubicación de la tierra

y de los códigos del vórtice

que los une en una sola

arriba y abajo

(espejo perfecto sin mácula)

vida y muerte

noche y día

sol y luna

el corazón que odia y el corazón que ama

lo que está cerca y lejos

presente y ausente.

Un solo corazón

de todos los tiempos sin tiempo

semilla y viento aliento

mi aliento.

Cada paso que tomo
una sola
de este lado y del otro
del umbral.


Moray, me llevaste a tu pecho

me reclamaste
te adentraste
dentro de mi
y yo me abrí
dentro de ti:

tu de mi
yo de ti

tu
yo

soy de ti.

Flotamos dentro de las constelaciones
serpiente puma cóndor.

Me envolviste en escamas pelambre y plumas.

Posada en cuclillas sentí el aroma la noche.

Pausaste miraste olfateaste escuchaste te tendiste

y no me dejaste sola
sino con el manto del viento me protegiste
para volver y andar en el mundo.

Moray, morada y puerta de los ancestros-guardianes
me reconociste
me reclamaste
me recordaste que era semilla
e hija tuya...


--Lorena Wolfman © 2010, 2014


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