jueves, 10 de noviembre de 2011

Corazón Latino

Este miércoles, el 9 de noviembre, hice una lectura de poesía para gente de la tercera edad que participa en un programa semanal que se llama Corazón Latino que se lleva acabo en el Whistle Stop en San Rafael, California.  El programa es coordinado por Sandra Jimenez, con la asesoría de Abby Wasserman para traer escritores.   Ellas y el grupo me recibieron con gran calidez y pasamos una hora juntos durante la cual leí poema tras poema a su petición.  Había gente reunida de México, El Salvador, Guatemala y el Perú.  La lectura se había programado originalmente para durar media hora y duró una hora.  El tiempo se fue volando, una señora muy linda, con lágrimas en los ojos nos recitó una oración a la Virgen como inspirada respuesta a mi poema Madre de los Cielos.  Otro señor, nada más pedía otro y otro.  Aura, otra participante, que también escribe, compartió su gran admiración por la rimas de Lope de Vega.  Hablamos del verso libre y de los versos rimados.  Nos acordamos de la naturaleza de sus países origen y de los lindos lagos de Atilán y Titicaca de Guatemala y el Perú.  Todos aplaudieron los poemas y al despedirnos estuvimos de acuerdo, ojalá que nos volvamos a ver próximamente en una ocasión como esta.

Les dejo con la introducción que di y la lista de poemas que leí.


INTRODUCION

Buenos días, es un honor estar aquí con ustedes esta mañana.  Hoy voy a leer algunos de mis poemas, pero antes quiero darles un poco de información de fondo acerca de mí y de mi proceso creativo.

Los primeros diez años de mi vida los pasé entre los EEUU y México, con algunas excusiones a Centroamérica, Guatemala y El Salvador principalmente.  Los primeros cinco los pasé más en México que en EEUU.  Estos son años claves en el desarrollo de una persona.  Mi primera palabra, gracias a Marta, que me cuidaba todo el día mientras mis padres se ocupaban de sus quehaceres universitarios fue “quiero”. Mi padre era arqueólogo y por lo tanto recorrimos todo México y una parte de Centroamérica conociendo hasta los lugares más recónditos.  El también hacía proyectos en el Perú y solía traerme un regalito de recuerdo.

Los estados donde vivía cuando de niña de este lado de la frontera fueron en tierras que antes de 1848 habían sido mexicanas: Colorado y Nuevo México.  Ambos eran, por lo tanto, multifacéticos, multiculturales, estados de frontera donde coexisten las culturas indígenas, hispanas, y anglosajonas-- son puntos de encuentro donde conviven varios idiomas y formas de ver el mundo. 

Yo tenía una intuición desde siempre creo, quizá todos lo tenemos, de que todas las artes eran parte de la expresión innata humana que nos pertenece a todos y encontré muy artificial el afán occidental de separarlas como si no hubiese una continuidad y relación creativa entre una y otra forma de expresión.  Cantar y bailar, pintar y escribir, escribir y cantar y bailar y pintar, todas son expresiones nuestras.  ¿Qué era este afán de crear una clase aparte, una clase aislada de artistas profesionales?

Y sentía y siento que la expresividad es parte de nuestro legado humano, el expresarnos, expresar lo que llevamos dentro es importante para nuestro bienestar.  Al expresarnos, lo que somos y lo que sentimos y experimentamos a nivel físico, emocional y mental, le hacemos caso a nuestra vida interior y empezamos a cultivar una armonía natural con estos aspectos de nuestro ser y esto tiene muchas implicaciones para nuestra vida...

En tiempos ancestrales y aún dentro de ciertas culturas el arte es una parte íntegra de la vida del pueblo, de la comunidad y del individuo.  Cada quien así puede expresar sus dones dentro de un contexto colectivo en que ella o él es valorado a través de este quehacer compartido. En ciertos casos, para la gente más sensible a ciertos niveles de experiencia, a esta gente se les reconoció como curanderos, o chamanes, por una cuestión de la fuerza sanadora de la energía creativa.  En el fondo es una energía que todos tenemos, ¡aunque falte en algunos casos más que otros desenpolvarlo! Liberarlo.

Cada quien tiene un don especial y es en el ámbito colectivo y creativo donde todos pueden brillar, dentro de un colectivismo inclusivo.  Esto es distinto a la cultura norteamericana donde tiende a dominar un exclusivismo en todos los niveles.  Uno tiene que escoger, ¿vas a ser músico o matemático? ¿Vas a bailar o cantar? ¿Eres pintor o poeta?  ¿Científico o artista?  Pero ¿por qué no combinar todo lo que te de la gana combinar? Lo que te expresa.  Es tu regalo al mundo.  Eres tu, nadie más, nadie lo puede hacer por ti.  Marta Graham, una de las madres del baile moderno americano dijo, "Hay una vitalidad, una fuerza vital, una energía, una aceleración, que se traduce en acción a través de ti, y como tú sólo hay uno en todos los tiempos, esta expresión es única. Y si se bloquea, nunca existirá a través de ningún otro medio y se perderá. El mundo no la tendrá. No es asunto tuyo determinar lo bueno que es, ni el valor ni cómo se compara con otras expresiones.  Tu trabajo es mantener el canal abierto ".

Cada quien tiene una manera particular de ver, de sentir, de escuchar el canto del mundo, todos tenemos nuestro baile, nuestro gama de colores y las líneas que nos expresan (como decía Rafaela Godinez que me enseñó a tejer en el telar de cintura en Guatemala, escoge tus colores, este era como un mandamiento básico de la expresión personal, nadie lo podía hacer por ti)... Al exteriorizar lo tuyo, tu don, esto te permite darte cuenta de lo que llevas dentro y al darte cuenta, al expresarlo, le das un regalo al mundo, a los prójimos a tu propio espíritu y al espíritu de la comunidad.

El libro del cual voy a leer hoy se llama El Collar de mi Madre. Es un libro que empecé a gestionar en el 2008, el año después de la muerte de mi madre, que fue una suceso muy duro para mi, me tocó como la pérdida más profunda de una serie de pérdidas que vinieron acumulándose año tras año.  Fue en ese mismo año, el 2008, que empecé el programa en artes expresivas del Instituto Tamalpa y descubrí un modelo de creatividad que era sanadora y que tuvo para mi mucho sentido, reflejó todo lo que venía intuyendo y más. Aprendí una técnica para usar consecutivamente y en combinación el baile, el dibujo o pintura y la expresión poética-- y además fijándose en los tres niveles de experiencia, a nivel de cuerpo, corazón y mente. 

El libro tiene como eje no sólo el luto sino lo que rescato dentro de él, lo que hay de vital en la sombra, la cara verde de la noche como se titula uno de los poemas.  Se trata de transformar la oscuridad y el dolor en el acto de asumirlo, adueñarse de él, como digo en otro poema hay veces...  Otro elemento notorio es el femenino divino, la cara femenina de dios, un tema que le fascinó a mi madre a tal grado que trabajó en un libro sobre el tema que nunca terminó de escribir. 

Este libro es un homenaje a mi madre, pero no sólo a ella, sino también a nuestra divina Madre universal.

Lista de Poemas
La cara verde de la noche
Hay veces
Madre de los cielos
La noche que sueña
Nadie contesta
Poema para ser leído desde la última palabra hasta la primera
Sin máscaras

***

El proyecto de traer poesía a la gente mayor en todo el condado de Marin, es un proyecto de C.B. Follet, poeta laureada del condado.  Yo fui el tercer poeta participando en el programa de Corazón Latino. Ya habían participado Rafael Jesús González y Javier Zamora.



1 comentario:

  1. Bella introducción, Lobita, Bella.Corazón Latino, pero Alma universal, auténtica. Abrazón de alma.Gracias por compartirnos tus orígenes, y proyectar nuestras raíces

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