lunes, 8 de enero de 2018

Alquimia - Minando la danza interior



“Mi obra está dirigida sobre todo hacia el realismo. Busco la realidad interna y escondida, la esencia interior de las cosas, en su naturaleza perenne.”

                                              —Constantin Brancusi


Hades: El origen del nombre de Hades es incierto, pero en general se ha visto como el significado de "Lo Invisible" desde la antigüedad. Una extensa sección del diálogo de Platón Cratilo está dedicado a la etimología del nombre del dios, en el que Sócrates argumenta a favor de una etimología popular no "invisible", sino de "su conocimiento (eidenai) de todas las cosas nobles". Los lingüistas modernos han propuesto la forma proto-griega * Awides ("invisible").
         —Wikipedia


Las sustancias minerales participaban del carácter sagrado de la Madre Tierra. No tardamos en encontrarnos con la idea de que los minerales "crecen" en el vientre de la Tierra, ni más ni menos que si fueran embriones.
                                                                                               —Mircea Eliade



Minar: Verbo activo transitivo. Esta palabra se refiere en abrir una senda o galería por debajo de la tierra, formar una mina.                      
                                            — https://definiciona.com/minar/


Sabemos que "inframundo" significa “por debajo del mundo”… las zonas "subterráneas" de la tierra en la psicología Jungiana están vinculadas con la madre tierra y reina sobre transformaciones mágicas, el renacer, el inframundo y sus habitantes.  Todo viaje al inframundo, al inconsciente,  a la tierra de los muertos y del olvido, llevado acabo con sabiduría respeto promete un renacimiento, un rescate de tesoros secuestrados, a la vez conlleva ciertos riesgos.  Quien lo emprende necesita emprenderlo con  el debido respeto, desnudez de intenciones, y saber moverse entre dimensiones y espacios.  Esto requiere una integración de códigos —es decir hablar más de un idioma, moverse entre ellos y ocupar los espacios entre ellos— requiere saber abrir y moverse entre los pasillos, las penumbras entre el aquí y el allá, entre un estado de conciencia y otra.  Hay que hacerlo de manera que una parte no se quede atrapada en el inframundo, de manera que el yo que vuelve quede ensanchado y completo, habiendo rescatado tesoros suyos, claro, los tesoros que le corresponden.

El inconsciente personal colinda con el inconsciente colectivo, a fin de cuentas la psique de cada uno no es aislada, respira con el resto de la creación a igual que todo. Según Eliade, el arquetipo de la madre tierra está asociada con la fertilidad, tal como el jardín, o cualquier objeto hueco representativo de la matriz como las cuevas, los hornos y los pozos.  Estamos ante lo oculto.  Ante lo femenino.  Ha sido notado por investigadores del los arquetipos femeninos que la misma figura o forma de  la virgen de Guadalupe de México, se parece al sexo femenino —las vírgenes andinas se parecen a los apus o las enormes montañas que para el iniciado en estos los misterios son seres sabio y punto y aparte estas mismas en su forma se parecen a la clítoris de la mujer que nos da una pauta importante acerca de la sabiduría tántrica que se esconde a plena vista en estas imágenes del sagrado femenino, la contraparte necesaria para la creación del universo y para su equilibrio y fertilidad, sin ello, todo se va al traste, véase el mundo actual en el cual si bien "Dios" no ha sido suplantado por el dinero, poder, avaricia, arrogancia, el que rige es un imperio regido por una religión sin principio femenino, el protestantísmo, relegó lo femenino al inframundo. En México, y por extensión en todos los paísces donde vive aún la imagen femenina de la "madre de Dios", ella representa un pasillo por el cual podemos pasar a una conciencia de la tierra, a una experiencia desde adentro, al paradigma de lo femenino.  Existe la oportunidad para el individual tomar la invitación, a entrar...

Para entrar en las zonas ocultas, en lo desconocido, o lo olvidado, hay que encontrar y ser capaz de reconocer la apertura y su importancia, esta es una iniciación femenina.  En lo oculto hay un tesoro, algo noble por recuperar.  Sin embargo, no es fácil saber reconocer, o valorar tales aperturas vivimos en un mundo enfermo por exceso de lo masculino— tanto en México, donde es  importante "no rajarse" como en el resto del mundo Judeocristiano "moderno" regido por o sujeto al sistema y paradigma socioeconómico del capitalismo corporativista y rapaz,  que justifica la violación de la tierra, en la cual no se respeta la integridad del planeta ni de la mujer, en la cual la palabra "explotación" sigue siendo utilizada como si fuera lo último y lo mejor (de la mercadotecnia) así como "explotar una oportunidad" y "detonar" igual, así como en "detonar un mercado" ¿y la gente?   ¿y la tierra? ¿dónde figuran en este modelo dañino?  Muy punto y aparte, piensa ¿qué pasaría si se sustituyeran palabras como "nutrir" y "madurar"?, palabras que cambian la forma (literalmente) de nuestro pensamiento...

Estas tierras de Pozos donde vivo, en el estado de Guanajuato México, son particularmente evocativas de los misterios del inconsciente— es decir, la dimensión subterránea es palpable, la puedes visitar con facilidad, es parte de la historia y la idiosincracia del lugar.  Fue un pueblo minero desde los tiempos de los jesuitas (siglo XVI) que tuvo su auge en el Porfiriato a finales del siglo XIX, principios del siglo XX. Se vive con una gran paradoja, la minería dejó sus estragos ecológicos— deforestación, contaminación de parte del agua subterránea, secuela en la psique de la gente por el trauma de representa este tipo de abuso laboral— la la vez está el acceso directo a los misterios femeninos de la tierra... el que sabe ver y sentir sabe, entiende que no son materiales los tesoros que encierran estas tierras, nos acerca a una matriz de la tierra. Matriz donde se engendran múltiples minerales preciosos —oro, plata, amatistas, cuarzo, mercurio, níquel— en la oscuridad, en el tiempo  sin tiempo de las noches eternas bajo la tierra.  Lo que importa aquí no es el mineral, es su presencia viva, su vibra, lo material es "oro de bobos"... un error humano de la avaricia y la explotación nos hizo el favor de inundar las minas cuando perforaron el aquífero.

Para iniciar tu danza con este lugar, tu interior, un interior colectivo, te invito a hacer una ofrenda de respeto y de amor a todos los que han habitado este lugar, puede ser de algo que has encontrado aquí mismo que te ha llamado, una piedra, una hoja, una flor, una espina... Ahora desde aquí te invito a acercarte a la piel de este lugar, escuchar a través de las plantas de tus pies, a través de tu piel, escuchar dentro de los túneles y cavernas del oído, esta es una oportunidad de explorar el lugar donde te encuentras desde tu interior.  Descubrir ¿qué te dice, qué te revela de ti y de tu realidad?  La marcha de la historia la vivimos en nuestras venas ahora, no es una cosa aparte. El pasado solo lo conocemos dentro del presente.

Si entendemos como hablarle, susurrarle nuestras verdades humildes, tocarla sin violación, ¿qué tesoros nos pueden esperar? Dándole tiempo a ella que siempre ha sido sinónimo de nosotros mismos, porque nosotros somos aquello, somos ella.  Nos llevará a una nueva apertura, una puerta, y nuevos recursos.  Algo tenemos que desenterrar, un conocimiento ancestral del colectivo femenino que nos brindará un conocimiento más íntimo e íntegro del aquí y del ahora. 

Si tememos a lo femenino, tememos la vida.  ¿Qué nacerá de la oscuridad, de la matriz?  Bajo la tierra, fuera de nuestra atención cotidiana.  Justo allí, donde espera la semilla nacer, convertirse, transformarse en algo nuevo.  Algo que necesitamos, una nueva síntesis, nueva conciencia que nos  llevará a otro lugar, una nueva manera de ocupar el presente… 

Estas tierras de esta zona antigua minera tienen muchos kilómetros de caminos subterráneos bajo la superficie… hubo mucho sufrimiento humano aquí. ¿Qué necesita esta tierra para sanarla?  O para ser más precisos, ¿qué necesitamos para sanar nuestra relación con la tierra y con el arquetipo femenino? ¿En qué sentido ha sido la minería una metáfora para nuestra condición humana? Esta metáfora de lugar, metáfora de la minería, es también una metáfora que le queda a nuestra civilización.  Es la forma y resultado de nuestra paradigma de la civilización occidental que ha saqueado y sigue saqueando la tierra.  Se habla de una cultura de violación a la mujer, no es otra cosa, es síntoma de lo mismo.  Tanto hombres como mujeres vivimos dentro de este paradigma— a los dos les falta sanar la relación con la Tierra, Tonanzín, nos falta valorarla, reconocer su sabiduría, su poder y formas.  

La invitación es de acercarte con amor, con apertura, ternura, sin prisa a los caminos interiores,  al imaginario de los espacios dentro de la tierra, sus túneles, cuevas, tesoros... La invitación es de ver como estas tierras reflejan nuestra verdad colectiva, nuestra metáfora particular.  Vibrando en hermandad con la Tierra, ¿qué nos mostrará?  Y ¿qué nuevos elementos podemos sembrar para establecer una nueva relación que la nutre y por ende nos nutre en medio de los indudables dolores de nuestros tiempos?

Mueve tu cuerpo, recorre los caminos del interior... tus ojos ven en la oscuridad, ¿qué ven?  Aprende la danza de lo que ven tus ojos, acércate, danza con ello, aprende, rescata... respira... cuando hayas cumplido este buceo, este viaje, vuelve por el camino por el cual viniste cargando el conocimiento y su danza dentro de ti... vuelve lento, danza tu partida del allá, para llegar al aquí y ahora. Aquí y ahora lentamente date cuenta de los la luz, las sombras, las formas, los colores, las sensaciones, todo con los sentidos periféricos...(nunca te fuiste de tu cuerpo— solo que has ocupado diferentes espacios)... Haz un dibujo de tu experiencia, haz una danza... haz un poema. Y compártelo con tus compañeros del viaje.

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